VELLO: Simboliza las fuerzas inferiores e instintivas, especialmente la energía y potencia sexuales.
VENDA: Dolor o ceguera, depende de su localización. Indican que alguien intentará beneficiarse a costa de nuestro dolor, o que estamos ciegos ante las cosas y los hechos, lo que puede causarnos muchos desengaños, tanto en la vida material como la sentimental.
VENTANA: Simboliza la receptividad y la proyección en lontananza, y ello tanto en lo espiritual cuando la ventana es en forma de círculo, como en lo material y terreno si es cuadrada o rectangular. La proyección en lontananza consiste en la posibilidad de asomarnos o alcanzar un futuro en el que nuestros proyectos y aspiraciones se realizan o no de acuerdo con lo que se divisa a través de la ventana. Así, cuando a través de la misma la vista nos resulta agradable y soleada, revela nuestra esperanza y posibilidades de que nuestras esperanzas se conviertan en realidad en un futuro relativamente próximo; mientras que si sólo se observa la oscuridad es que el futuro se presenta muy incierto, tanto en lo material como en lo espiritual. Pero si en lugar de mirar a través de la ventana nos hallamos en el interior de la habitación y vemos cómo a su través penetra la claridad exterior (y también el aire puro, si está abierta) es que somos receptivos a las influencias positivas que puedan llegar a nosotros (también espirituales o materiales, según la forma de la ventana). Por el contrario, cuando no penetra la luz y sólo se percibe oscuridad, indica nuestra falta de receptividad, nuestra cerrazón; lo que ala larga siempre se traduce en frustraciones y fracasos. Si deseamos asomarnos a la ventana pero no nos atrevemos a hacerlo es una muestra de incertidumbre y el miedo a las consecuencias de una determinada acción nuestra; y soñarnos espiando a través de una rendija abierta entre las persianas o los porticones revela una curiosidad de tipo sexual, especialmente cuando el soñador es un adolescente. La ventana enrejada denota una tendencia a sustraernos a la realidad, tendencia que también existirá, pero en menor grado, si la ventana está cubierta por unos visillos o cortinas que dejan entrever algo del exterior y no impiden el paso de la luz. Las ventanas cerradas que no pueden abrirse revelan que en estos momentos nos sentimos ahogados, limitados y sin la posibilidad de salir adelante. Por último, cuando en el sueño nos vemos saliendo o entrando por una ventana en lugar de hacerlo por la puerta, es que hemos tomado una decisión equivocada, un falso camino, ya sea en un negocio, un proyecto o una relación sentimental.
VERANO: Los sueños cuya acción transcurre en el verano son sueños de plenitud, de realización y de riqueza, por lo que son un presagio de que no tardará en llegar a su fructífera culminación aquello que proyectamos o ya se halla en curso. Incluso en aquellos sueños de significado desfavorable, el pronóstico queda muy mejorado si la acción transcurre en verano.
VERDE: Calmante, refrescante y tonificante, el verde es el color de la vegetación y de las aguas lustrales y regeneradoras. En todas las religiones es un color sagrado, símbolo de vida, esperanza o inmortalidad; desde el antiguo Egipto, en que era el color de Osiris, hasta el Islam, en que él es el color del manto del Profeta bajo el que se cobijan Fátima, Alí y todos los descendientes directos al menor asomo de peligro, incluyendo al cristianismo, en el que da colora una virtud teologal: la Esperanza. Pero el verde también es el color del veneno y la muerte, en Egipto era tal el temor a los gatos de ojos verdes que se castigaba con la muerte a quien matase a uno de ellos; y para nosotros mismos, como color de la vegetación, también posee ambos sentidos, pues su máximo emporio, la selva, es a la vez pulmón del mundo y el inferno verde. Y no olvidemos que si la esmeralda es la piedra papal, también lo era de Lucifer. Y es que el verde, como la vegetación es el color de lo que es incierto, de aquello que todavía no ha madurado y que cuando lo haga puede hacerlo en cualquier sentido, en bien o en el mal. Por ello, en los sueños el verde es un presagio ambivalente que depende de las circunstancias del mismo. Cuando el sueño es de nieve y frío, o de estéril desierto, si aparece el verde es una promesa de vida y esperanza, que tras una época estéril y difícil llega la promesa de una nueva creatividad, de una nueva vida, de que tras la envermedad llega la salud. Pero un sueño en que existe un exceso de verde significa un desbordar de la vida vegetativa, intensiva, que puede ahogar al resto de la personalidad. Pero, en general, el verde onírico es el verde de la sensibilidad y de la inmadurez, e indica que aquello a lo que aspiramos o proyectamos todavía está “verde”, todavía necesita mucho trabajo para que pueda ponerse en práctica y hacerse realidad; y que cuando podamos hacerlo será, con toda seguridad, muy distinto a lo ahora proyectado.
