A ti que me diste la vida y me enseñaste la magia del amor con tus besos.
A ti que me enseñaste a caminar para que mis pasos fuesen en la dirección correcta.
A tí que me enseñaste hablar, para que mi voz hiciera justicia.
A tí que me cuidaste cuando estaba enferm@ siempre y sin descansar.
A tí que siempre procuraste darme lo mejor de tí.
A tí que te preocupaste y lloraste con mis penas.
A tí que reiste conmigo cuando estaba feliz.
A tí que sólo con saberme en tí me amaste.
A tí te doy las gracias, porque no hay nada más grande que el amor de una madre.
Gracias a ti madre por existir.
P.D.: A todas las madres y a aquellas que aún no siéndolo, sienten en sus entrañas ese amor tan mágico por la nueva vida
