LAS LEYES UNIVERSALES ( III ):
Ley de causa y efecto
La ley de causa y efecto nos dice: “toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa”. Todo sucede de acuerdo con la ley, la suerte no existe, no es más que el nombre que se le da una ley no conocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la ley.
Es por esta ley que todas las cosas son, han sido y serán. Es la misma ley conocida en la filosofía como principio de causalidad. En el materialismo dialéctico se le conoce como la unidad de los contrarios; en la ciencia actual la encontramos expresada en la tercera ley de Isaac Newton: la ley de acción y reacción; además se encuentra expresada en casi todos los libros sagrados de las diferentes religiones, con muy variados ejemplos como el pasaje bíblico que nos dice, es aquello que sembremos eso mismo habremos de cosechar.
En el universo, todo movimiento tiene su verdadera resonancia, su propio efecto; todo cuanto sucede, las consecuencias de esos sucesos y todo acontecimiento son causales y no casuales; es por ello que nada se da al azar, ni siquiera la caída de una hoja; todo en el universo se concatena.
La ley de causa y efecto se manifiesta tanto el plano físico como en los planos de cuarta dimensión, ya que ni con la desencarnación podemos apartar el efecto de la causa y es aquí donde encontramos la explicación a la reencarnación o secuencia de vidas en las cuales tiene lugar la adquisición de experiencias y la aplicación de la justicia retributiva. Sin embargo, el proceso evolutivo del hombre y del universo no se limita simplemente a un ajuste de causas y efectos; si fuera así, nos encerraría en un camino circular que nos llevaría dar vueltas continuamente sin llegar nunca un fin; por lo tanto, todas las cosas y el hombre mismos se mueven en ciclos progresivos, de manera que puedan gozar de todas las ventajas y de todas las oportunidades de desarrollo que el universo puede ofrecerles. Es por ello, que la vía evolutiva, sendero tridimensional, “la espiral” que siempre va adelante y hacia arriba.
Esto quiere decir que tal como el anochecer trae como efecto el amanecer, el sol sale cada mañana, pero cada mañana ha progresado o adelantado más en su jornada anual. Del mismo modo, el hombre regresa mediante la reencarnación para adquirir nuevas experiencias, y por medio de la aplicación de las leyes universales, va dominando sus modalidades, sus costumbres negativas y aumentando su nivel vibratorio, logrando progresar o avanzar más hacia la meta de la perfección hasta lograr la unificación en los planos del mundo espiritual.
El hombre, los grupos sociales, las naciones del mundo, están sujetos a la ley universal. Todos nuestros males, nuestras enfermedades, así como los males, las enfermedades y las tristezas del mundo, obedecen a lo que realmente merecemos. Por lo tanto, dominando el hombre sus actitudes, sus pensamientos y sus obras podrá lograr su verdadero avance evolutivo de hacer de su mundo un verdadero paraíso.
Ley de generación
Esta ley nos dice que: “la generación existe por doquier. Todo tiene sus principios masculino y femenino, la generación se manifiesten todos los planos”.
La palabra generación deriva de la raíz latina que significa “concebir, procrear, producir” y tiene un significado mucho más amplio que la del sexo. Todo cuanto existe tiene sus principios masculino y femenino es decir todo contiene los principios activo y positivo, en todo se manifiesta la acción del ánodo y el cátodo. La polaridad y la generación se manifiestan en todos los planos tanto en el físico como en el elemental y el espiritual.
En el plano físico este principio se reconoce por la diferencia de los sexos, pero de ninguna manera tiene que ver algo con las degradantes teorías de varias escuelas o sectas enseñan a la humanidad, llevándola a un mala utilización de esta energía; nada tiene que ver el principio de generación con ese aspecto tan sublime para el hombre: hemos de saber, que para el ruin todas las cosas son ruines y para el puro todas las cosas son puras. Este principio de generación está igualmente presente en los reinos vegetal y animal, al igual que en el ser humano donde el hombre es el elemento pasivo que imprime la energía para que la mujer o principio activo lleve a cabo la maravillosa labor de la procreación; por otra parte cada uno de los seres humanos independientemente de que sea una mujer tiene su complemento o alma gemela; no existe ningún ser solitario, a menos que sea andrógino, dependiendo de la evolución planetaria de la cual sea originario como es el caso de los seres de Urano; ellos también tienen el principio masculino y femenino, sólo que integrados en un solo ser.
En el plano mental reconocemos este principio en la forma negativa como la mente consciente, activa y voluntaria; en tanto que la forma positiva corresponde a la mente pasiva, inconsciente y subjetiva. También lo encontramos a nivel de la ciencia y la religión, donde la ciencia representa al padre, que es el aspecto positivo es la inteligencia que da impulso, que genera; por el aspecto femenino está la religión que representa a la madre, su finalidad es la cohesión o el amor divino. Unificados estos dos aspectos darán la verdadera sabiduría: EL HIJO. Asimismo el hombre y la mujer se constituirán en un solo ser una vez logre el séptimo grado de evolución donde se unificaran y tendremos la unión de almas gemelas, cumpliendo así las palabras bíblicas de “lo que Dios ha unido el hombre no podrá separar”.
Ahora bien, es necesario aclarar, que los términos positivo y negativo son generalmente aplicados en forma errónea, ya que la palabra positivo sugiere algo real y fuerte en comparación con la irrealidad o debilidad del negativo; pero nada está más lejos de la verdad, ya que en las manifestaciones eléctricas, como es el caso de una batería, el polo negativo es realmente el polo en y por el cual se manifiesta la generación de producción de formas y energías nuevas; nada hay de negativo en él; por esta razón, los hombres de ciencia está utilizando el término cátodo en lugar de negativo, el cual significa recibir, germinar, producir, dar forma. Igualmente el término ánodo se emplea en lugar de positivo y significa atraer, estimular, sembrar.
En ésta forma quedan descritos las siete leyes o principios universales, las cuales se pueden complementar a través de lecturas adecuadas y aún de las propias experiencias. Usémoslas con sabiduría y un buen discernimiento y lograremos poseer la herencia del padre y seremos los dueños de nuestro propio destino y nuestro mundo.
Convertir las leyes en vida
La ley solo en papel puede convertirse en letra muerta.
Ello según lo que hemos visto, significa que esta semilla permanecerá latente, mientras no la coloques en el terreno abonado de tu corazón y de tu mente.
espiralcreacionLas leyes universales son parte integral de tu vida. Actúan en ti, quieras o no quieras.
Tienes la obligación de hacer de su conocimiento una herramienta para tu avance. O esperar que ellas sigan actuando por sí mismas, sin que te hagas responsable de tus consecuencias.
Si decides convertir las leyes en tu elección de vida, vuelve a cada instante a la reflexión de las mismas, hasta que ellas formen parte de tu ser. Hasta que se hayan internado en tu corazón y sean capaces de convertirse en tu pensamientos y expresarse con tus palabras.
Cuando ello sea así, las leyes universales serán tus aliadas en el camino de tu progreso integral.
Información de autoría: – Libro – El Kibalión – Las Siete Leyes universales. – Jorge Llorente, instructor de Ciencia Cósmica (Bogotá Colombia) – Libro de enseñanzas: Las incertidumbres humanas (anónimo)
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